Seguidores

Algunas cosas suelen terminar en unos supuestos puntos suspensivos. Digo supuestos porque a veces la imaginación juega malas pasadas y aquello que creías que podía no haber terminado estaba completamente finiquitado. "Siempre" y "nunca" son palabras que quedan grandes en la boca al pronunciarlas y cuando lo haces, te arriesgas a mentir como una condenada. La vida es así, un cúmulo de giros bruscos que pueden llegar a marear incluso más que una atracción de feria. Absurda comparación, por cierto. No se puede saber cuando puede acabar algo, tampoco si ese algo llegará. Sin embargo decirlo no es malo ni bueno sino que demuestra que somos seres humanos, seres que nos equivocamos e ilusionamos y, obviamente, no lo podemos evitar. Sobra decir que todo el mundo sabe lo bonito que suena un "siempre" y la seguridad con la que podemos llegar a decir un "nunca". 

1 comentario:

  1. Siempre nos arriesgamos a no saber si en realidad son puntos suspensivos o no, totalmente de acuerdo contigo en eso de que somos humanos, una magnífica reflexión sobre esas dos palabras "nunca" y "siempre".
    Un blog fantástico, me seguiré pasando por aquí.
    Un besito desde http://www.siestadestinadoapasarpasara.blogspot.com/

    ResponderEliminar